Tarde que temprano, la señorita deseará ver uno de sus símbolos sexuales más grandes. (No, no esa). Es tu hogar. Para ella, no es una visita a tu libreta; Es una misión de reconocimiento. Nada escapará a sus ojos de águila. Si halla una cosa negativa, puede arruinar toda la relación.
Posteriormente llegase la deseada penetración, situación en que el hombre debe introducir su pene en la vagina de la mujer hasta el fondo chocando sus huesos púbicos primero de forma suave y apasionada desatándose después una pasión absoluta.
Su angosta masculinidad se patentiza en el ocaso de la vida, cuando al acabar su etapa productiva retorna a casa y se halla con extraños. El sexismo lo separa de su familia, lo seduce a una doble vida y lo conduce a la soledad.
En general el orificio de la vulva está ocluido por el himen, que es un pliegue de la mucosa. Este se puede romper en una revisión pélvica, andando en bici, a caballo, o bien con el solo uso de los tampones. Hay todo un mito formado en derredor de esta tela tan débil.
Un placer que asciende mucho allí de lo físico y terrenal, simplemente real. Los sueños son deseos materializados en actos y acciones que todos podemos realizar. Siéntelos.
Joseph Kramer explica la diferencia en la sexualidad taoísta: En la tradición oriental, hay contacto visual casi todo el tiempo a lo largo del sexo. ‘Estoy teniendo sexo contigo. Respiro contigo. Estoy relajado contigo. Estoy conectado contigo. el corazón
Un ilustre investigador de la ciencia del apego, el doctor Timothy Perper, realizó una exploración de campo sobre el modo perfecto en que nace el apego en las parejas, para esto invirtió más de dos mil horas visitando bares de solteros y analizando el modo perfecto en que hombres y mujeres empiezan una relación exitosa.
Una de las grandes ironías de la historia fue comparar el campo privado con un reino y después proclamar a la mujer reina del hogar, mientras que el varón es el rey del planeta, la mujer, reina del hogar solo dispone de aquello que circula en su feudo y los hijos.
Afirman que no hay mujer que pueda resistir el embrujo de una orquídea entre sus manos. Este hechizo tiene su origen en Orchis, un joven hijo de un sátiro y una ninfa, quien fue asesinado y consiguió volver a la vida en forma de orquídea.
La superficie sobre la que dar el masaje debe tener solidez. Jamás se debe emplear una cama blanda, ni un colchón de muelles, puesto que cualquier presión que se ejerza será absorbida por el colchón y no por la persona.
