No te regocijarás con penas, compasiones o bien lágrimas… no asoma en ellas ni una pizquita de erotismo
La mujer se acuesta boca arriba, con las piernas abiertas y flexionadas sobre los muslos del varón, y deja libres sus brazos. El varón se ubica entre las piernas de ella, hincado, y, levantando la cadera de su compañera, procede a penetrarla.
