La mujer cuando experimenta la plenitud sexual queda a la merced del hombre, pues es esencialmente espacio y el orgasmo biológico es su esencial existencia. El hombre vive a merced de la mujer cuando experimenta el sexo progresivo, pues es esencialmente tiempo y el éxtasis es su esencia existencial.
Para la fase de la seducción la preferencia absoluta es la noche. Las comidas, los desayunos y la luz del día son pragmáticos y agobiantes. Guárdatelos para los amigos y los compañeros de trabajo. ¿Sexo para desayunar? Como es natural que sí, mas nunca en la primera cita.
Pasamos una espléndida velada. A las diez de la noche, mientras paseábamos por mi peligroso barrio, sonó su iPhone con una musiquita de… ¡Pitbull! Lo que llamó la atención de 2 mocosos, conocidos por sus atracos.
Si quieres disfrutar de la compañía de una joven dulce, cariñosa, alegre, frágil, suave y amante de los buenos modales y la buena educación, no lo dudes y atrévete a conocerme.
Habrá ocasiones, sin embargo, en que todo te saldrá a pedir de boca. En semejantes casos, no olvides que existe un elemento esencial para la creación de Romance y al que no hemos dedicado demasiada atención hasta el momento: la escucha.
Estas y otras conclusiones las consiguieron Masters y Johnson construyendo una cámara fálica que filmaba la relación desde adentro de la vagina. Esta cámaraconsolador sirvió para saber asimismo que la lubricación de la vagina no es el producto de ninguna hormona sino más bien el plasma sanguíneo vaginal.
Primero hay que reconocer lo que somos aunque no seamos nada o bien, poco. Hay que abandonar la ignorancia que era tan dulce y jocosa como la debilidad de un bebé que nos simpatiza. Es bello pero necesitamos instruirlo a fin de que madure.
Hola mi nombre es África y soy una joven candente y caliente hasta sus máximas consecuencias … una experiencia que no debes perderte … Si te consideras un caballero con valor para conducir por estas curvas …
La ira es un sentimiento sensible amargo que surge cuando uno no encaja en nuestro deseo y esperanzas. También es un fuerte sentimiento de querer dañar, golpear o bien criticar a alguien porque ha hecho algo injusto, inaceptable, cruel, ofensivo o cuando no cumple con nuestras expectativas.
Prosigue habiendo varones recalcitrantes y testosteronodependientes que recurren al pretexto hormonal como argumento fisiológico irrefutable para justificar su promiscuidad. Son muchos años que no se pueden borrar de un plumazo.
